Por Guillermo Gammacurta - El próximo presidente, Alberto
Fernández, eligió al economista Marco Lavagna para
conducir los destinos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), un hombre del
peronismo, pero no del Frente de Todos, en una clara señal hacia los
mercados e inversores sobre el firme objetivo de mantener la independencia del
organismo de estadísticas y por ende cualquier tipo de manipulación
políticas de los números oficiales.
Alberto siempre
expresó alta estima por Roberto Lavagna, con quien compitió en las últimas
elecciones, y la elección de su hijo Marco para hacerse cargo del INDEC muestra
la cercanía de ambos, y la coincidencia sobre lo que hay que hacer en materia
económica en la Argentina que viene.
La gestión de
Mauricio Macri recibió un INDEC sospechado en cuento a las cifras oficiales, y
desde el primer momento le encomió a Jorge Todesca la tarea de normalizar las
mediciones del organismo. Hay suficiente consenso sobre la gran tarea que
realizó Todesca -su hija Cecilia forma parte de los equipos técnicos de
Alberto- al frente del instituto, a tal punto que este sea quizás uno de los
pocos hitos para resaltar en cuanto a la gestión del propio Macri.
La independencia
del organismo resulta sustancial para la marcha de la economía, puesto que la
transparencia de las estadísticas oficiales permiten generar números de
consenso sobre los cuales comenzar a trabajar y son un plafón de lanzamiento
para políticas públicas y para la actividad privada, al contar con cifras que
permitan realizar previsiones y proyecciones económicas.
La manipulación de
las cifras del INDEC comenzó en 2005, cuando por el entonces secretario de
Comercio, Guillermo Moreno, intervino el organismo desplazando a varios de los
directivos. Como la inflación no cedía, el kirchnerismo no tuvo mejor idea que
modificar el diseño de la nueva canasta del IPC.
Aunque Moreno se
encargó de insistir en que nunca intervino el organismo, su gestión provocó un
colapso de las estadísticas oficiales y un manto de sospechas que eclipsó la
tarea de los empleados técnicos del INDEC.
De hecho, para la
medición del segundo semestre de 2013, el INDEC sostuvo que el índice de
Pobreza alcanzaba solo al 4,7% de la población, y apenas el 1,4% era indigente.
Claro que para mediciones privadas esa cifra ya rondaba al 25% de la población.
Alberto Fernández,
quien dejó el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en julio de
2008, fue sumamente crítico de la intervención del INDEC y ya como
candidato durante la campaña electoral de 2019 hizo permanente hincapié en la
necesidad de mantener la independencia del INDEC.
De hecho, en junio
de este año, ante una consulta de Radio Metro sobre el funcionamiento del INDEC
el por entonces candidato a presidente del Frente de Todos aclaró que durante
su participación del gobierno de Néstor Kirchner "no tuvo problemas",
y enfatizó que en la actualidad "está funcionando mejor que en los últimos
años de Cristina", en un claro guiño a la gestión de Todesca.
Foto: NA
Aunque reconoce la
tarea realizada por Todesca, Alberto Fernández se inclinó por Marco Lavagna, un
economista de 45 años egresado de la Universidad Católica Argentina, que venía
trabajando en el Frente Renovador de Sergio Massa, y que en estas elecciones integró
la fuerza política de su padre para competir en las elecciones.
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