Por Sofía Terrile
- El dólar blue pasó de $122 a $138 en una
semana. En los últimos días, subió de a $4 o de a $6 por día, saltos que no se veían desde mediados de abril. El mercado paralelo se vuelve a calentar y marca
una brecha récord con el oficial minorista: en este
momento, de cerca del 90%.
"El
blue se sigue disparando básicamente porque hay todo un contexto de represión
financiera, tasas reales negativas y limitaciones en el acceso al dólar en
otros mercados", explica Julia Segoviano, economista de la consultora LCG.
Desde
que empezó la cuarentena, el 20 de marzo pasado, el billete pasó de $78,80 a
los $138 actuales, es decir, se encareció casi $60. En
este momento, se vende a casi el doble que el oficial
minorista, que cerró hoy a $70 ($91 con el impuesto PAIS incluido).
La
disparada se da en un contexto casi de sequía por la cuarentena
total, en el que las cuevas y los arbolitos, que dependen de
operaciones físicas para poder hacer negocios, se ven muy limitados.
En las
primeras semanas de la cuarentena, las operaciones en
el tipo de cambio paralelo se hacían vía delivery con una moto o un taxi
amigo. En las últimas semanas, la flexibilización
de hecho de la cuarentena tuvo su efecto sobre el blue. "Si
uno le sacaba una foto a la calle Florida hace un mes y se la saca hoy, va a
encontrar parte de la suba", describe Matías Rajnerman, economista jefe de
Ecolatina.
Algunas
precisiones más sobre el blue: quienes lo
conocen bien lo describen como un mercado chico, donde
no hay operadores con grandes volúmenes, por lo que cualquier movimiento brusco
de demanda provoca temblores. Si la oferta siempre fue escasa, en las últimas
semanas fue peor. Y, como bien se sabe, cuando escasea un bien, su precio
tiende a subir.
En los
últimos días, desde que el Banco Central profundizó la
segmentación del cepo y determinó que quienes hayan accedido a los
US$200 mensuales en el mercado oficial deben esperar 30 días para poder hacer
operaciones cambiarias en la bolsa (es decir, con MEP y contado "con
liqui" o CCL), quienes se quedaron con pesos extra en la mano -y sin opciones
atractivas de inversión en moneda local- recurrieron al paralelo ilegal para
cuidar sus ahorros.
Todas
esas medidas "reprimen los deseos de
inversión" de quien tiene unos pesos extra, añade Segoviano,
que terminan volcándose adonde pueden. "La nueva inyección de pesos [para
cubrir el agujero fiscal que provoca la cuarentena] y sin tasas de plazos fijos atractivas, te libera pesos
que se están yendo al dólar", suma la economista.
Quienes
venden blue aseguran, además, que gran parte de la suba fue para acompañar lo que sucedía en los otros tipos de cambio
libres, el MEP y el CCL, que avanzaron alrededor de $15 desde
mediados de abril y hoy se ubican cerca de los $120 ($119,35 y $122,04,
respectivamente).
"Tanto
el blue como el MEP y el CCL son mercados muy poco líquidos en
los que una demanda relativamente grande te dispara el precio, porque no hay
mucho volumen. Son mercados chicos, y aún más en momentos de pandemia",
describe Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Eco Go.
La
incertidumbre nunca juega a favor, y menos si se trata de la deuda: un default
el próximo 22 de mayo, fecha límite para llegar a un
acuerdo con los acreedores, podría hacer que la brecha se dispare
aún más por compradores que buscan refugio ante una economía que empeoraría
cada vez más, sin acceso al financiamiento y con una inflación aun más alta.
Son
días de descuento, entonces, para lograr un acuerdo y evitar
el default. "La negociación de la deuda aporta ruido en la
economía argentina. Ese ruido se traduce en demanda de dólares, sobre todo para
inversores minoristas", detalla Rajnerman.
En
definitiva, opera el mismo viejo deseo de quien puede ahorrar:
dolarizarse. "Aun cuando la negociación salga bien y todo
mejore, faltan muchos años para poder revertir esta lógica: en la convertibilidad,
uno de los momentos de mayor estabilidad, en la Argentina la gente seguía
ahorrando en dólares", cierra el economista jefe de Ecolatina.
|