Por
Cecilia Devanna - El Gobierno avanzó ayer en negociaciones contra reloj con el
FMI, ante la inminencia del pago de 718 millones de dólares de la deuda con ese
organismo, en un contexto de tensión e incertidumbre económica que volvió a
empujar los dólares financieros a un nuevo récord por encima de los $230 pesos.
En
una muestra de los avances, el Fondo convocó para hoy a una reunión especial,
donde el staff informará al directorio sobre el estado de las discusiones con
el Gobierno en busca de un acuerdo.
Ayer
fue una jornada de reuniones intensas en la Casa Rosada. Por la noche, el
Gobierno transmitió optimismo sobre la posibilidad de que finalmente se
encarrile el entendimiento, y fuentes oficiales aseguraban que se seguía
“negociando” para que el anuncio del pago del vencimiento fuera acompañado hoy
por un pronunciamiento del FMI que respalde las negociaciones con la Argentina.
“Es
un tema de alto Estado y se trabaja en un clima de absoluta concentración”. Así
resumió ante la
una
fuente del Ejecutivo lo nación que sucedió durante la intensa jornada de ayer
en el Gobierno en torno de la negociación con el Fondo Monetario Internacional
(FMI). Se trata de momentos decisivos para las negociaciones con el organismo,
ya que hoy la Argentina tiene un vencimiento de deuda por más de 718 millones
de dólares, mientras que como telón de fondo se busca fundamentalmente llegar
al acuerdo para la renegociación del monto total de lo que debe el país y que
asciende a 44.000 millones de dólares.
En
las últimas horas y teniendo en cuenta que se dieron reuniones del más alto
nivel de la alianza de Gobierno, comenzó a tomar forma la posibilidad de que
finalmente se encarrile el pacto con el FMI. Al cierre de esta nota fuentes de
la Casa Rosada aseguraron que se “sigue negociando” y que hoy podría haber
algún tipo de anuncio. Esto coincidió con el anuncio del FMI de que hoy el
board analizará en una reunión especial la negociación con la Argentina (ver
aparte).
Respecto
del pago que debe concretarse hoy, funcionarios al tanto del tema hicieron
hincapié en que el país cuenta con las reservas necesarias para hacer frente a
ese pago y optaron por mostrarse abiertos a la posibilidad de que finalmente se
concrete, pese a las dudas de los últimos días. Una alta fuente del Gobierno
señaló que lo que se buscaba era que el anuncio del pago fuera acompañado con
algún pronunciamiento del FMI que respaldara las negociaciones con la
Argentina.
Las
comunicaciones y reuniones fueron permanentes tanto en el quinto piso del
Ministerio de Economía, donde está el despacho del ministro Martín Guzmán, como
en el primer nivel de la Casa Rosada, en el que está ubicado el del presidente
Alberto Fernández, y entre ambas dependencias. El propio ministro cruzó a la
Rosada, donde pasadas las 17.40 llegó el titular de la Cámara de Diputados,
Sergio Massa. Fernández no tuvo agenda pública y todas sus actividades se
orientaron al tema de la deuda y la necesidad de un acuerdo con el Fondo.
Todo
se dio en medio de un clima de incertidumbre y de negociaciones frenéticas, lo
que alentó a algunas fuentes oficiales a abonar la hipótesis de que podría
encarrilarse la negociación con el pago de mañana. En el Gobierno aclararon que
ya la conversación estaba en el máximo nivel: entre Alberto Fernández, Massa y
Guzmán, en contacto con Cristina Kirchner, quien se encuentra en Honduras.
Los
contactos también son permanente con Washington D.C., donde está la sede del
organismo de crédito. “Es a nivel ministro incluso con la propia Kristalina
Georgieva (directora del FMI) y con Julie Kozack y Luis Cubeddu, subdirectora
del Departamento del Hemisferio Occidental y jefe de misión para la Argentina”,
detallaron las fuentes consultadas. De hecho hubo un Zoom entre Alberto
Fernández, Guzmán, Chodos, Kozack y Cubeddu.
Por
estas horas, Guzmán trabaja más “codo a codo” que nunca con Sergio Chodos,
representante argentino ante el FMI. El ministro, que visitó a la
vicepresidenta Cristina Kirchner antes de que viajara a Honduras, inicia desde
hace días sus jornadas a primerísima hora de la mañana. Lo hace en soledad en
su departamento porteño, en el barrio de Belgrano, y alrededor de las 9 ya está
en el ministerio. En su despacho del quinto piso, con vista a la calle Irigoyen
y a la propia Casa Rosada, se reúne con sus personas de extrema confianza y de
acuerdo con las necesidades de lo que va surgiendo convoca a los responsables
de las áreas alcanzadas. Todo se da en un grupo reducido y marcado por un
fuerte hermetismo.
Es
entonces cuando vuelven a usar la frase “cuestión de alto Estado” para explicar
que, por la sensibilidad del tema, buscan evitarse cualquier tipo de
filtraciones. “Las distintas versiones que se conocieron en los últimos días no
ayudan. Es un tema muy sensible y solo unas pocas personas conocen realmente
qué es lo que está sucediendo”, insistieron fuentes gubernamentales. ß
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