Por Matías Barbería
- Bancos y otras entidades autorizadas a operar en cambios encontraron una
manera de eludir las trabas que rigen desde septiembre para obtener un mejor
precio por los dólares que reciben del pago de vencimientos de deuda del
Tesoro y, así, suman oferta a las cotizaciones paralelas del dólar. La
estrategia es uno de los elementos que está detrás de la tranquilidad que
se vive en el mercado paralelo, donde el dólar libre se mantiene a no más de
10% de la cotización oficial, y de la pronunciada baja que sufrió en el
mes el dólar “contado con liquidación”, que se opera a través de bonos y
acciones.
Las
reservas internacionales están bajo presión y todas las señales indican que en
el futuro, a falta de otras vías de financiamiento, el Banco Central emitirá
más pesos para ayudar al Tesoro a cerrar sus cuentas. Sin embargo, a pesar de
que el mercado prevé que haya menos dólares y más pesos en contexto de
controles de cambio, las cotizaciones paralelas del dólar no se disparan.
El
dólar libre tuvo un pequeño repunte ayer que lo llevó a $69,25, pero la brecha
con el oficial se mantiene en torno al 10%, mientras que el dólar “contado con
liquidación” ya perdió casi $10 desde máximos del mes a contramano incluso de
la depreciación de las monedas de la región, para quedar el miércoles en
$73,05.
Así, se
da una curiosa situación en la que el dólar mayorista avanza 0,5% en lo
que va del mes, mientras que la alternativa a esa cotización -el contado con
liquidación- se cae más de 8% en el mismo período.
El
dólar contado con liquidación, que surge de la diferencia entre el precio en
pesos y en dólares de un mismo bono o acción, retrocedió desde las elecciones.
En las
mesas de la City hablan de factores estructurales y puntuales que pueden ayudar
a explicar esto. Entre las estructurales, señalan una cierta
sobredolarización previa a las elecciones del 27 de octubre. Después del
salto del 23% que sufrió el dólar el día siguiente a las primarias de agosto
(PASO), muchas empresas y particulares prefirieron cubrirse antes de la nueva
visita a las urnas (eso se vio claro en el dólar libre, que cayó $5 desde las
elecciones).
Y entre
las puntuales, mencionan que los bancos encontraron una forma de hacer
rendir más los pagos de deuda que perciben.
“Por un lado, hubo un proceso de dolarización
muy fuerte, que se aceleró post-PASO, hasta la aplicación del cepo. Hay
personas que se dolarizaron y ahora están desarmando parte de lo que habían
armado”, dijeron en off the record economistas de un banco
local. “Y por otro lado, hubo pagos de cupones de bonos del Tesoro, y
alguno puede estar vendiendo esos dólares que cobró. El contado con liquidación
no es un mercado profundo y como tiene un poco más de oferta, está bajando”,
agregaron.
Hoy el
Tesoro paga una de las Letes que tuvo que reperfilar en agosto, y parte de esa
emisión está en manos de bancos y otras entidades autorizadas a operar en
cambios. Según cuentan operadores, a las entidades financieras no les
convenía esperar hasta el pago con la letra en cartera porque una vez que
tienen las divisas en la mano, el único destino que pueden darle es el mercado
formal, donde les pagan $59,77 por unidad, cuando el contado con liquidación se
paga $73,05 por dólar.
Las
trabas cambiarias impuestas desde el 1° de septiembre les impiden a los
bancos -de hecho a todos los agentes de cambio, como casas de cambio y
sociedades de bolsa que operan en el mercado cambiario- operar el dólar
“contado con liquidación”. Para hacerlo, necesitarían poder comprar bonos con
dólares y revenderlos a cambio de pesos, algo que ya no se les permite. De esa
manera, dada la diferencia entre la cotización en dólares y pesos de un mismo
bono, se obtiene ese dólar alternativo.
Lo que
hicieron algunas entidades financieras fue vender esas Letes a cambio de pesos
en el mercado secundario, y dejar que los compradores cobren el vencimiento. De
esa manera, obtienen más pesos por dólar.
“Los
bancos que tienen esa Letes en dólares pueden estar tratando de no cobrar el
cupón, sacársela de encima contra pesos como para no cobrar los dólares
oficiales y cobrar contado con liquidación”, dijo un operador de un banco que
prefirió no ser identificado. “Por otro lado evidentemente hay muchos
inversores institucionales con muchos bonos en dólares encima, lo que le pone
una oferta ilimitada de dólares en contado con liquidación, porque en lugar de
venderlo contra dólares lo venden contra pesos para hacerse de la brecha”, agregó.
Este
proceso, hace que haya más oferta de dólares en el mercado de contado con
liquidación. Pero también más demanda en el mercado oficial mayorista.
La
oferta de dólares en el paralelo la generan quienes le compran las Letes y
otros papeles por vencer a los bancos. Porque cobran el vencimiento, tienen
dólares en la mano y pueden salir a venderlos sin trabas. La demanda en el
mercado formal surge de los propios bancos, que tienen acceso ilimitado al
mercado cambiario mayorista oficial (al menos hasta alcanzar un tope a las
tenencias en dólares que pueden tener, y que es del 5% de su patrimonio) y usan
los pesos que obtuvieron por las Letes para comprar divisas. Venden
dólares a $73 y los compran a $59.
Con
todo, al hacer esta maniobra las entidades se exponen a un cierto riesgo. Los
activos que operan pueden variar de precio en el proceso y hacer que la
ganancia desaparezca. Pero, incluso, hay una vía para hacer desaparecer a ese
riesgo.
“Los
bancos locales que tienen filiales en el exterior o extranjeros con sus casas
matrices afuera pueden hacer la operación con ellos mismos, le venden la Letes
a su pata offshore y con los pesos que obtienen le compran un bono, por ejemplo
el Bonar 2024” (uno de los más usados para contado con liquidación), dijo un trader
de un tercer banco. “Eso te permite vender los dólares a dólares al contado con
liquidación y comprarlos spot, por eso es que el mayorista se
puso más picante esta semana”, concluyó.
Fuentes
del Banco Central dijeron a Infobae que la operatoria -aunque
posible- es marginal, ya que la mayor parte de las Letes no están en manos de
entidades bancarias, sino de otros inversores institucionales y
particulares (que no tienen las mismas trabas para operar).
|