Por Caetano Mohorade - El dólar fue una de
las inversiones que
más rindió en el año. La afirmación no sorprende, considerando que la moneda
avanzó 58,8% en lo que va del 2019, a partir de la incertidumbre que giró en
torno a las elecciones presidenciales y del nerviosismo pos-PASO por el cambio
de gobierno, lo que derivó en una depreciación automática del tipo de cambio
del 25%. No obstante, en noviembre, la divisa avanzó apenas 0,4%, considerando
que la demanda se encuentra contenida artificialmente por las restricciones a
la compra de dólares de hasta u$s200 por mes.
Desde la crisis
cambiaria del año pasado, el gobierno debió aplicar diversas medidas, entre las
que se encuentran la venta de reservas o la suba de la tasa de interés, para
intentar aplacar (sin éxito) a la moneda estadounidense, más allá de ciertos
períodos de tranquilidad en el proceso. Esto llevó a que el oficialismo
reformulara el diseño del esquema de política monetaria, pasando de uno de
metas de inflación a uno basado en el control de agregados monetarios, que
tampoco parece haber dado resultado. Es que en Argentina, la demanda de dólares
es un fenómeno que va más allá de cualquier tipo de programa, dado que los
agentes de la economía buscan refugiarse en momentos de mayor nerviosismo en un
activo que consideran más seguro, y la moneda ha demostrado a lo largo de la
historia argentina que funciona para, por lo menos, mantener el poder
adquisitivo. El peso, en cambio, en un contexto de elevada inflación, parece
dejar ciertas dudas, a pesar de las tasas positivas en términos reales.
Con la imposición
del cepo hard un día después de las elecciones presidenciales, en noviembre
hubo otros activos que finalizaron en alza, como fue el caso de los bonos en
pesos ajustables por CER, que culminaron con subas de hasta 20% en el tramo
largo. Es que, tras el bajo dato de inflación de octubre (3,3%), para este mes
se espera una nueva aceleración en la evolución de los precios. A
contramano, los títulos en dólares finalizaron con descensos
generalizados, a la espera de los anuncios con respecto al programa económico
que impulsará el gobierno de Alberto Fernández a partir del 10 de diciembre,
sobre el cual no se han brindado precisiones, más allá de algunos nombres que
estuvieron dando vueltas. Por su parte, los Cupones PBI anotaron diversas bajas
en los tramos en dólares, pero en pesos subió 29%.
Por su parte, el
S&P Merval finalizó en terreno negativo en el mes, con una baja del 1,4%.
La sociedad de bolsa Tavelli & Cía. comentó que “noviembre finalizó con un
saldo prácticamente neutro en el promedio, pero con una importante dispersión”.
Los papeles del panel general que venían con cierto retraso mostraron fuertes
ganancias durante el mes, mientras que el sector del transporte de gas sigue
golpeado, por “la expectativa de posibles cambios en las reglas de juego en los
incrementos tarifarios”, indicó Tavelli. Los bancos, por su parte, mostraron
subas menores al 10%.
De cara a
diciembre, los movimientos de mercado vendrán por el lado de los anuncios que
se conozcan con respecto a las políticas fiscal y monetaria que anuncie el
próximo gobierno a partir del 10 de diciembre. El cepo parece haber
llegado para quedarse, al menos para el próximo año, así que no debería haber novedades
en ese sentido. En diciembre, lo más probable es que las operaciones vengan de
la mano de cierto nerviosismo, lo que implica que las variaciones podrían
mantenerse en línea con las de noviembre, o estar un poco más golpeadas, si es
que los anuncios del equipo de Fernández no convencen.
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