Por Mariano Capellino - La
inversión inmobiliaria debe hacerse sobre las mismas premisas que se hace la
inversión financiera. Con una buena gestión de inversión inmobiliaria se puede lograr una rentabilidad anual
superior al 14% neto.
Esto representa un
retorno extraordinario para la inversión en bienes raíces, que de forma tradicional apenas logra una
rentabilidad entre el 3 y 5 %, y que además se desvanece con el índice de
inflación.
Generalmente, un
inversor compra un inmueble y se lo queda toda la vida como una inversión a
largo plazo. Pero la inversión
inmobiliaria debe estar en permanente evaluación.
La primera clave de
éxito se basa en tener una visión global sobre las oportunidades, ello
implica analizar y operar en
el mercado globalizado de la actualidad: el mercado es en el mundo. Todo
inversor debe identificar cuál es el país más atractivo, dentro del país cuál
es la ciudad, y dentro de esa ciudad cuál es el barrio y los tipos de activos
más atractivos: primera vivienda, segunda vivienda, terrenos, oficinas, retail.
El trabajo es identificar en qué fase del ciclo se
encuentra el mercado, cuál es el mejor momento para entrar y salir. Todo
ciclo inmobiliario tiene cuatro fases: recuperación, expansión, contracción y
recesión. El ciclo completo
dependiendo del mercado puede durar entre 15 a 25 años. El rol del inversor
inmobiliario es identificar cuándo los precios que vienen cayendo llegan al
punto más bajo para comprar de activos en distress, que es la segunda clave de
éxito.
Es muy difícil
identificar cuál es el momento en que el mercado toca fondo. Luego de varios
años de caída de los precios, al darse indicios de recuperación, hay que esperar entre dos o tres
trimestres antes de entrar a un mercado para tener evidencias de que la
recuperación sea sostenida, porque una recuperación demora de 3 a 8 años. Los
activos clase A o Premium pueden recuperarse entre 3 y 5 años. Los
activos clase media o media baja se recuperan entre 5 y 8 años. No hay que
entrar de forma anticipada, porque se corre el riesgo que continúe cayendo de
precio.
En esa fase de
recuperación de 8 años, el margen ideal para operar es entre 4 y 5 años. Este
período corto es el que permite generar una rentabilidad significativa. La clave es entrar cuando la curva esté muy
baja y salir cuando la apreciación comienza a decrecer. Aprovechar
el momento de alza y evitar las bajas, trasladarse de un mercado a otro, o de
clase de activo, es lo que permite al inversor crecer de forma más acelerada,
sin quedarse estancado.
La estrategia activa de permanecer en un mercado por 4 o 5 años, máximo
6, es la que permite obtener una rentabilidad de más del 10% anual neto por
encima de la inflación, en moneda dura. Comprobamos el funcionamiento de esta estrategia en varias
gestiones de inversión que realizamos en Argentina, Miami, Detroit y España.
*Socio fundador de
INMSA, miembro y co-fundador de la junta de inversores
|