Por Jorge Herrera
- La inmaculada meta de “emisión cero” comprometida por el Banco Central de
Cambiemos quedó sólo para los libros de historia. El año pasado la expansión de
la base monetaria totalizó $486.404 millones. De esta manera la base monetaria
cerró 2019 en $1.895.381 millones. Se trata de un incremento anual del 35%, lo
que frente a una inflación estimada del 55% implica la caída en términos reales
de la cantidad de dinero en circulación. Lo cual es el fiel reflejo del proceso
de huida del dinero que vivió la economía a lo largo del año pasado con el
correlato en la caída de las reservas del BCRA por la
dolarización de los privados.
Sin duda, el “rally
monetario” del BCRA se dio en el último bimestre del año. Lo comenzó con todo
entusiasmo la gestión de Guido Sandleris y lo está manteniendo la nueva
conducción de Miguel Pesce. Vale recordar que en noviembre el BCRA convalidó
una expansión de la base de $284.378 millones producto de ventas de divisas al
sector privado por $131.388 millones, $60.000 de Adelantos Transitorios (AT) al
Tesoro y casi $115.000 millones vía Leliq e intereses. Mientras que en
diciembre los datos del BCRA muestran que la emisión monetaria fue de $223.760
millones, de modo que el bimestre sumó nada menos que una inyección de pesos por $508.138
millones. La emisión de diciembre está explicada por la fuerte asistencia
del BCRA al Tesoro, por $290.000 millones, de los cuales $120.000 millones
corresponden a la administración Sandleris (el día 2 le dio un AT por $110.000
millones y luego otro por $20.000 millones el día 5) y el resto ya a la de
Pesce quien le dio un AT por $100.000 millones el día 20 y otro de $60.000
millones el último día hábil del año. De modo que a lo largo de todo 2019 el
Tesoro recibió asistencia financiera del BCRA por un monto total de $554.245
millones. Por un lado, sumó $350.000 millones como Adelantos Transitorios más
otros $204.245 millones en concepto de Transferencia de Utilidades. Sin duda,
un récord histórico.
Cabe señalar que el
mes pasado la expansión vía el Tesoro ($290.000 millones) más la generada por
la compra de divisas al sector privado ($67.035 millones) y por intereses
($52.130 millones) fue compensada por la venta de divisas al Tesoro (-$32.278
millones) y por la absorción vía Pases (-$114.323 millones) y Leliq (-$26.362
millones) si no el panorama hubiera sido más dramático.
El accionar del
BCRA en 2019 no sólo dejó una expansión de la base de casi medio billón de
pesos, sino que al analizar los factores explicativos surge claramente que la
estrategia contractiva antiinflacionaria no fue gratis. El costo del stock de
las Letras de Liquidez del BCRA (Leliq y Pases) significó el pago de nada menos
que $692.713 millones en concepto de intereses. Basta con señalar que en 2018
los intereses fueron $131.957 millones. Al respecto cabe señalar que si bien
existe la creencia generalizada de que el tema Leliq pasó a mejor vida, no hay
nada más alejado de la realidad, porque el stock de Leliq es aún de $760.185
millones (que en la actualidad rinden 55%), pero además hay otro tanto, unos
$431.248 millones en Pases pasivos (que rinden 48%). No debe soslayarse que las
Leliq son a 7 días de plazo mientras que los Pases son a un día de plazo. O
sea, se trata de un “relojito” que diariamente cuesta varios miles de
millones de pesos. Sin duda, un tema delicado a resolver por la actual gestión. Porque
entre las Leliq y los Pases hay $1.191.433 millones, algo así como el
equivalente a un 63% de la base monetaria, pero que se remunera. El stock de
deuda del BCRA (Leliq más Pases) es una fuente potencial de emisión monetaria
al igual que los intereses que rinden.
Entre el stock de
la base monetaria y la deuda remunerada del BCRA hay más de $3 billones, lo
cual representa cerca de u$s49.000 millones al tipo de cambio oficial (las
reservas del BCRA son de u$s45.000 millones). Son números a tener en cuenta
porque se viene de un proceso de fuerte caída de la demanda de dinero y nada
indica que se revierta significativamente en el corto plazo. Si bien en el
Palacio de Hacienda están convencidos, y así se lo transmitieron al presidente
Fernández, de que había margen para emitir unos $250.000 millones, hay cierto
escepticismo en el mercado sobre cómo reaccionarán los agentes económicos con
semejante inyección de pesos. Recién a partir de la segunda quincena de enero
se verán las primeras señales cuando empiecen a retornar los pesos de los
bolsillos a los bancos.
En tal sentido la
tenencia de billetes y monedas en poder del público a fin de año superó el
billón de pesos (creció $267.220 millones, un 36% anual), por motivos
estacionales, mientras que la que está en manos de los bancos aumentó 22% anual
($26.649 millones) mientras los encajes bancarios crecieron 35% ($192.535
millones). Sólo en diciembre la tenencia de billetes de la gente aumentó en
$166.700 millones. Veremos qué destino tendrán en las próximas semanas.
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