Por Juan
Bergelín - Uno de los objetivos que se propuso Miguel Ángel Pesce desde su
llegada al Banco Central fue jugar un rol activo en ayudar al Tesoro
a defender el valor de los bonos, con una curva de tasas que se mantenga dentro
de la normalidad -es decir, donde los títulos de más largo plazo paguen tasas
más altas-.
Lo dejó en claro en
distintas entrevistas que dio a la prensa, lo reforzó el organismo en los
comunicados que sacó después de cada recorte de tasa y, como si fuera poco, se
los recordó a los banqueros locales en las reuniones que mantuvo días antes del
brindis de año nuevo.
"El país necesita construir
una curva de tasas en pesos, y en eso necesitamos el aporte de ustedes",
le dijo Pesce a Javier Bolzico, el presidente de ADEBA, la cámara que agrupa a
las entidades privadas de capital nacional, quien fue al encuentro con un grupo
de banqueros locales.
El mismo pedido
lanzó unos días después ante los CEOs de los principales bancos extranjeros quienes, junto a Claudio Cesario, el
titular de ABA, también se reunieron con Pesce en su despacho del segundo piso
de Reconquista 266.
A diferencia de la
gestión anterior, que buscaba obtener la "foto" con los banqueros
para mostrar el respaldo del sistema financiero, Pesce optó por el bajo perfil.
No sólo no hubo foto, sino que se acordó no hacer trascender el encuentro y
hasta algunos de los que participaron de la reunión evitaron hacer todo tipo de
comentarios sobre la reunión.
Sin embargo, según pudo
reconstruir iProfesional de distintas fuentes que formaron parte de
ambos encuentros, Pesce dio definiciones sobre lo que será su política
monetaria, habló del futuro de las Leliqs y les adelantó las primeras medidas
que tomaría el Directorio que involucran al sistema financiero.
Más allá de
concretar la primera reunión oficial con el sector, Pesce viene teniendo un
diálogo fluído con muchos banqueros, no sólo desde que asumió en el Central
sino también desde que sonaba como uno de los principales candidatos a ocupar
ese puesto.
Ahora ya al frente del BCRA,
Pesce no dudó en pedirles a los bancos que "pongan el
hombro", con una participación más activa en las licitaciones de Letras
que está llevando adelante la cartera de Martín Guzmán para hacer el roll over
de los vencimientos en pesos.
La primera respuesta positiva se
pudo ver en la licitación de Letras de este martes, donde las ofertas superaron
los $46.600 millones, de los cuales el Tesoro finalmente aceptó $17.000
millones.
Pesce, en modo
comprador
Pero así como les
hizo un pedido, Pesce también se comprometió a defender el valor de los bonos
locales, tanto con Operaciones de Mercado Abierto (OMA, como las definen en la
jerga), como con otros mecanismos que ayuden a conformar esa curva de tasas.
"Es algo que
hacen los bancos centrales de todo el mundo y la idea es que el
BCRA se sume a esa tendencia", aseguró el funcionario a los banqueros. El
justificativo que dio fue la necesidad de hacer un "nacionalismo
monetario" para defender el valor de la moneda local.
De ese modo, Pesce dejó en claro
que, en caso de ser necesario, saldría a marcar la cancha comprando bonos del
Tesoro, algo que en distintas oportunidades realizó la mesa de dinero del BCRA,
pero siempre de manera discrecional y sin un objetivo concreto de política
monetaria.
Según los Estados
Contables del BCRA al 23 de diciembre, tenía en su cartera títulos públicos Ley
Nacional por unos $360.464 millones y otros $4.213 millones en bonos emitidos
bajo Ley Extranjera.
"El BCRA
quiere dar una señal para que los bancos vayan sustituyendo Leliqs por los títulos que
coloque el Tesoro y que eso le permita la reconstrucción de la curva en pesos",
explica un economista. Con eso, además, reduce la presión que la emisión
monetaria puede generar sobre la brecha cambiaria y ayuda al fisco a ir rolleando los
vencimientos de deuda , agrega.
Después del
reperfilamiento de Letras que dispuso Hernán Lacunza, la curva de tasas quedó
totalmente invertida (rendimientos más altos para los plazos más cortos) y con
retornos en niveles exorbitantes. Recién ahora, después de algunas colocaciones
de letras de Martín Guzmán y del buen clima de los mercados, la curva comenzó a
normalizarse y, por primera vez, volvió a formarse una pendiente positiva en el
caso de las Lecaps.
Con las Operaciones
de Mercado Abierto con bonos del Tesoro, cuando el BCRA cree conveniente
inyectar liquidez compra un título público, con lo cual en su hoja de balance
expande base monetaria e incorpora bonos del Tesoro en sus activos. Por el
contrario, cuando quiere absorber liquidez vende esos títulos y retira pesos
del mercado.
"El BCRA
ratifica que la gestión de sustentabilidad de la deuda de la Administración
Nacional en pesos seguramente devendrá en la definición de una nueva curva de
tasas de interés en moneda nacional", explicaba el organismo monetario en
los dos comunicados que emitió tras recortar la tasa de referencia.
Algunos de los bancos centrales
que realizan Operaciones de Mercado Abierto con bonos soberanos son la Reserva
Federal de Estados Unidos o el Banco Central de Brasil, que no
emiten letras y usan los títulos públicos de corto plazo para marcar la tasa de
referencia. Eso explica en
gran parte por qué la deuda bruta de Brasil es alta, pero la deuda neta -donde
se descuenta lo que está colocado intrasector público- es baja y también es la
contraparte de que la mayor parte de su endeudamiento es en reales, ya que lo
tiene con el BC brasileño.
"En el fondo, la emisión de
títulos por parte del Central es como una emisión monetaria reprimida, como
pasó en estos últimos cuatro años en Argentina", comenta otro economista.
"Emiten mucho -agrega- y en un momento, cuando lo quieren rescatar en
realidad generan una emisión monetaria".
Si bien esta
operatoria tiene un efecto positivo para el Tesoro porque recibe financiamiento
directo, es algo que tiene que ser realizado con cautela, para no dañar la Hoja
de Balance del BCRA y para que no termine siendo una emisión de pesos
encubierta.
Leliq, a 30 días y
con licitación semanal
En paralelo a esta
operaciones, y con el mismo objetivo de generar una curva de tasas en pesos,
el Banco Central irá extendiendo el plazo de las Leliqs y
haciendo menos frecuente las licitaciones que hoy realiza a diario.
Según les adelantó
a los banqueros, la idea es llevar inicialmente el plazo de la Leliq a los 30
días y hacer la licitación, al menos una vez por semana. "Lo que nos dijo
es que va a garantizar que haya un mercado secundario líquido, para que haya
contrapartes, lo que hace que ante cualquier necesidad de liquidez podamos
desarmar Leliqs", comentó una fuente estuvo presente en Reconquista 266.
En el informe
"Objetivos y planes respecto del desarrollo de las políticas monetaria,
cambiaria, financiera y crediticia para el año 2020", la cúpula del
Central ya había adelantado su idea de extender los plazos de las Leliqs junto
a su crítica a la gestión anterior.
"Se ha incrementando
notoriamente el riesgo de administración de pasivos del BCRA a partir de la
reducción el plazo medio de la deuda del banco desde un máximo de 100 días en
2017 hasta alrededor de cinco días en la actualidad", explicaba el informe.
Las letras del BCRA comenzaron pagando una tasa efectiva anual de 79%,
alcanzando un pico de 132% en septiembre y se ubicaron a principios de
diciembre en 85%.
"La futura
estrategia de absorción de excedentes monetarios propenderá al alargamiento de
plazos y a la reducción de su costo", adelantaba.
Según la charla de
Pesce con los banqueros, la emisión de una letra (Leliq) a un mes es una de las
patas claves para generar una curva de rendimientos en pesos. "Con eso va
marcando la tasa en corto y se empalma con la de las Letras del Tesoro en los
plazos más largos", explica un banquero local.
Ayer, de hecho,
Guzmán colocó Letras a 50 días, por las que pagó Badlar más 100 puntos básicos
y Letes a 140 días, con un margen de 175 puntos sobre la tasa de plazos fijos
de más de un millón. En la última semana de 2019, Hacienda había colocado Letes
a 95 días y a 175 días, en las que convalidó una sobretasa de 200 puntos y de
300 puntos sobre Badlar respectivamente.
Si bien Pesce no les dio
precisiones sobre cuándo debutarían las Leliqs a un mes, los bancos calculan que sería en febrero,
cuando Hacienda enfrenta vencimientos por el equivalente a casi 3.000 millones
de dólares en bonos de Ley Argentina y Letras en pesos. Además, es el mes en que estacionalmente
el BCRA suele empezar a absorber los pesos que la economía demandó en diciembre
y en enero para evitar que termine impactando en la inflación.
Un centro para los
banqueros
Los banqueros se
fueron del Central no sólo con la visión de Pesce sobre su política monetaria,
sino con el adelanto de algunas medidas que luego tomaría el directorio de la
entidad.
Por un lado les dio
la tranquilidad de que la línea de créditos subsidiados no se haría con la
obligación de que destinen un porcentaje de sus depósitos sino con incentivos,
pudiendo computar parte de esos préstamos como encajes. Un puñado
de bancos, con el aval de las cámaras pero
trabajando en forma individual, había acercado esta propuesta al Central y
tenían en mente presentarsela al ministro de Desarrollo Productivo, Matías
Kulfas.
Finalmente, el
viernes último el BCRA anunció esa medida y el Directorio tiene previsto
aprobarlo este jueves, en un mecanismo similar al que utilizan para el programa
Ahora 12 y con un recorte en promedio de 2 puntos porcentuales en los encajes
para quienes den préstamos para capital de trabajo a menos del 40% anual.
También les comentó
que eran inminentes algunas medidas para regular a las fintech, aunque no les
dio detalles de lo que finalmente decidirían. Esas medidas, adelantadas en
exclusiva por iProUp, apuntan a frenar las operaciones con las que algunas
empresas eluden el impuesto al cheque y a evitar que las fintech usen el dinero
de las billeteras digitales para operaciones propias.
En los próximos días, Pesce se
reunirá con los bancos públicos nucleados en Abappra
y con los de ABE, la cámara que agrupa a la banca especializada. También tiene previsto una reunión con la
Cámara Argentina Fintech, que tras la publicación de las medidas insistió con
una cita y consiguió agendar una reunión para el martes próximo.
La ausencia de
Abappra en la primera ronda de reuniones se debió a que su nuevo presidente,
Eduardo Hecker, recién había desembarcado en el Nación y todavía no estaban
aceitados los engranajes. Además, su histórico director ejecutivo, Demetrio
Aguilar, acaba de jubilarse con lo cual la línea también está en una
reorganización interna.
De todos modos, no
había apuro para esos encuentros. Los bancos públicos de por sí juegan un rol activo en las
licitaciones del Tesoro y el objetivo de Pesce era tener a los peces gordos. El
resultado de la colocación de Guzmán, con ofertas por casi el triple de lo
colocado, dan muestran que los banqueros "pusieron el hombro".
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