Por Juan Diego
Wasilevsky - Hay inquietud entre las empresas importadoras. Básicamente porque
siguen reclamando, desde la asunción del nuevo Gobierno, por una normativa del
Banco Central que dejó el macrismo y que, aseguran, está complicando las operaciones de comercio
exterior, especialmente las importaciones provenientes de Asia.
La normativa que
desvela a los empresarios es la comunicación 6818, que fue publicada por la
entidad cuando era presidida por Guido Sandleris y que reglamentó el acceso al
mercado de cambios para los pagos de importaciones.
La principal queja
está vinculada con que la entidad, ahora presidida por Miguel Pesce, exige unos 90 días para demostrar el registro de
ingreso aduanero desde la fecha de acceso al mercado de cambios.
En diálogo
con iProfesional, Rubén García, presidente de la Cámara de Importadores
(CIRA), advierte que este plazo es insuficiente, sobre todo si la importación
proviene de algún mercado asiático.
El directivo
advierte que desde que se hace el pedido y se giran los dólares, hasta que se
prepara el producto, se despacha y llega a la Argentina, ese plazo se sobrepasa
fácilmente.
Por eso, el planteo
que hacen desde la Cámara es elevar el tope desde los 90 días actuales hasta
los 365, "a fin de minimizar los costos, los cuales al final de la cadena
terminan pagando todos los consumidores".
Los importadores
veían con buenos ojos la llegada de Pesce al BCRA. De hecho, ya habían tenido
contactos con sus colaboradores cuando éste estaba al frente del Banco de
Tierra del Fuego. Sin embargo, por el momento, no
tuvieron señales concretas de que la entidad vaya a revisar la medida que dejó
Sandleris.
"Se está
paralizando el comercio exterior con Oriente con el objetivo de cuidar los
dólares", afirma García, en diálogo con iProfesional, para luego
agregar que la normativa tampoco es clara "porque nunca se reglamentó la
forma en la que tiene que operar el banco privado con el importador".
Además de
considerar que se trata de "una medida restrictiva", el presidente de
CIRA advierte que también podrá tener
consecuencias negativas por el lado del abastecimiento para las industrias,
dado que "más del 80% de lo que se importa" son insumos, componentes
o materia prima que requiere el sector productivo para operar.
"Quieren cuidar las divisas pero están generando
problemas en el comercio exterior", agrega el directivo.
Desde la entidad
también señalan que hay dificultades con otro aspecto clave: a quién se le debe
enviar la factura. Sucede que, de acuerdo con la comunicación que se emitió en
tiempos de Sandleris, hoy se exige que el beneficiario del pago al exterior -es
decir, quien recibe los dólares girados desde la Argentina- sea el proveedor
que envió la mercadería.
"Se olvidaron
que en el comercio exterior hay muchas otras figuras que operan a lo largo de
la cadena, como pueden ser los traders. Así que no siempre es el proveedor el
que recibe el pago y esto también es un gran problema para las empresas
importadoras", plantea el presidente de la CIRA.
Ante esta problemática,
desde la Cámara están pidiendo que se pueda incluir en la factura una
"instrucción de pago" con los datos del beneficiario final de esos
dólares. Por el momento, aguardan una respuesta del BCRA.
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