Por José Del Rio - LA NACION - Son jornadas
de altísima intensidad en nuestro mundo y en nuestra bendita Argentina. Tenemos
la suerte, en parte, de tener el diario del lunes, sabemos lo que está pasando
en Italia, España y en Estados Unidos, pero también sabemos lo que está pasando
en nuestro país donde todo está paralizado: la pandemia nos encuentra con una economía que ya estaba
en terapia intensiva, con una Argentina que estaba sin combustible en el medio
del desierto.
Esta situación mundial lleva al Gobierno a tomar decisiones, a mi
entender acertadas, como es la cuarentena total, pero
que tienen un costo, un impacto económico que todavía
no se está calculando. La realidad que viene, desde el punto de vista
económico, es muy compleja.
Respecto a la macroeconomía, veníamos de dos
meses de déficit fiscal, en los que el Estado gasta más de lo
que recauda, lo cual no es malo per se. Por
ejemplo, Estados Unidos es un país que con su déficit tiene una reacción, pero
la diferencia con otros países es que la Argentina ya viene emitiendo moneda a
un ritmo muy creciente.
Hay dos salidas en un escenario como el actual: mayor
emisión monetaria o mayor deuda. El país se encuentra en un momento crítico de
deuda porque nadie quiere prestarle. La complejidad económica durante esta
pandemia es muy grande, dado que vamos a tener menos recaudación, más gasto
público por las medidas que está llevando adelante el gobierno nacional y, en
definitiva, va a haber más déficit, ergo más emisión de moneda. Nos salva la
"maldición" de tener una recesión, porque si no la historia argentina
te muestra que, cuando la máquina empieza a funcionar, los precios se disparan
y la inflación, que crece de una manera galopante, puede convertirse en una
hiperinflación.
Las cuasimonedas, como Carlos Pagni mencionaba este lunes en su editorial, no son ficción
sino un recurso que varios de los gobiernos provinciales ya están evaluando.
Cuando uno va a la historia económica local esto que estamos atravesando solo
se asemeja a 2001.
¿Qué está pasando con la billetera del Estado? No tiene respaldo. A
diferencia de Estados Unidos o, por citar otro ejemplo, Israel, que tiene
reservas récord con una inflación de 0%, las reservas del Banco Central
en la Argentina son casi inexistentes. ¿Cuál es la cuenta que se
debe hacer? Cada día que se frena la actividad, la economía tiene 50 mil
millones de pesos menos, ese es el impacto, que equivale a un 0,22% del
Producto Bruto Interno (PBI).
Las pequeñas industrias tienen un peso de 15,3% de lo que genera la
economía en un año; con este freno en la actividad, equivale a 8167 millones de
pesos menos por día que se están generando. El comercio tiene cerca de un
millón de trabajadores y tiene un impacto del 15,1% del PBI; lo que significa
unos 7 mil millones de pesos. El rubro de la construcción está en el 12%, entre
otros sectores. Lo que esto da cuenta es que no se puede seguir en este parate
por muchos días más. Desde un punto de vista sanitario, lo necesitamos, pero el
gran enigma que tiene hoy la economía de Alberto Fernández es cómo lograr
evitar las consecuencias económicas de este freno en términos de impacto.
En el mundo de las empresas, la cadena de pagos está totalmente rota.
Por un lado, las pymes de la Argentina viven al día, lo que ingresan lo gastan.
Cuando se ven los gastos con detenimiento, vemos que hay otras cadenas de pagos
que pueden empezar a romperse, como los gastos de alquiler. Tenemos, además, el
sistema de cheques que, por las medidas que ha tomado el Gobierno, empiezan a
salir del eje de los procesos profesionales; también, tenemos otras empresas,
como las gastronómicas o las de la industria del entretenimiento, que ya no
pueden hacer frente a los gastos fijos o, más complejo, que no pueden hacer
frente a los sueldos. Mientras las medianas y grandes empresas tienen otras
espaldas, los pequeños comercios viven al día.
Existe otra situación muy compleja: un 35% de trabajadores informales,
que no tienen sus derechos legitimados por el Estado ni por aquellos que le
pagan el sueldo. Tal como publicó ayer Iván Ruiz en una crónica, en el conurbano
profundo está la preocupación más grande, aquellos bolsones que no tienen la
posibilidad de generar ingresos, mientras los gastos siguen existiendo.
Tres proyecciones para este año: la caída de la economía de mínima será
del 4%, dos puntos más de lo que preveían; la inflación, en torno al 40%; la
pobreza, ante esta situación, también está en alza.
A estas cuestiones económicas se suma la doble indemnización que vence
en junio. El actual ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, había
dicho que iba a terminar, pero hoy afirman que se está evaluando si continúa.
Este martes, se publicó un decreto de necesidad y urgencia (DNU)
que suspende por 180 días los cortes de servicios públicos ante
la falta de pago de hasta tres facturas consecutivas. Si es una situación
complicada para los sueldos, hay que imaginarse lo que es para los impuestos.
Especialistas que manejan no 10 empresas sino 500 clientes en el país me
decían que varias empresas ya están reperfilando sus pasivos. El principal
enigma es: ¿cómo vuelve a arrancar la economía? Es casi un hecho que la
cuarentena, que recién comenzó, se va a prorrogar por lo menos 15 días más; el
Gobierno lo está evaluando. Economía argentina, un debate, una realidad.
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