Por Gabriel Morini
- El fuero Contencioso Administrativo Federal puede convertirse en el epicentro
de un festival de medidas cautelares interpuestas por importadores para acceder
libremente a dólares al precio oficial para garantizase operaciones. Fruto de
la brecha cambiaria con el “blue”, y luego de la advertencia de la AFIP de monitorear
las transacciones, especialmente del rubro dedicado al comercio exterior,
grandes estudios de abogados se pusieron en contacto para librar una batalla en
tribunales que el Gobierno comienza a mirar con preocupación. Necesitan para
esto una primera receptividad que llegue por parte de tribunales de primera
instancia. Los controles cambiarios en el contexto de Covid-19 atraviesan las
decisiones políticas en todo el mundo. Pero a nivel local, se le agrega la
lentitud para hacerse de divisas en la autopista del comercio exterior, algo
que requeriría una “colectora” -todavía no pavimentada por el Poder Judicial-
para asegurar una jugada de éxito que un sector del Ejecutivo comienza a
visualizar.
La discusión gira
en torno al valor de la divisa y a la brecha entre el oficial respecto del
“blue”, mercado que por marginal, no ha dejado de ser utilizado también para
cuestiones de comercio exterior. Esa diferencia movió a la creatividad de
estudios de abogados que plantearon la chance de recurrir a tribunales para
intentar una maniobra judicial que sostenga un amparo. Y que pueda incluir
una medida cautelar. El fuero elegido es el Contencioso Administrativo Federal,
que se encuentra no solo ceñido a las cuestiones de la feria judicial, sino en
pleno proceso de recambio por vacantes. Suma, incluso, la chance cierta de
formar parte de lo anunciado dentro del paquete de reforma judicial para ser fusionados
con el fuero Civil y Comercial Federal, lo que altera ánimos en los tribunales
que deben decidir sobre cuestiones de derecho administrativo y las cuales son
necesarias para los Ejecutivos desde el punto de vista de la gobernabilidad.
Advertidos de esta
cuestión, un sector del gabinete económico que encabeza Matías
Kulfas, pero también desde el BCRA empezaron a prestar atención
de cualquier movimiento judicial en este sentido que podría abrir una nueva
hemorragia en el torniquete realizado en torno al dólar, en sus diferentes
variantes, con controles estrictos para operaciones cambiarias en Bolsa. Esto
redundaría en un nuevo goteo de reservas que, pese a un resultado de balanza
comercial favorable, solo responde al derrumbe general del intercambio
comercial.
Desde AFIP se
implementaron controles respecto a maniobras ligadas a
la sobrefacturación de importaciones, de alto costo fiscal. Pero el
enfoque estaba ligado a presuntos intentos para burlar controles cambiarios,
sobre todo en las ventas intra firmas. Aduanas dio aviso de la situación que ya
puso a los importadores en la mira, hoy el único grifo para las empresas para
girar fondos al exterior. Otras vías no están autorizadas o tienen controles al
estilo “cepo”.
El precio mayorista
es el oficial, pero puede ocurrir que exista una maniobra de triangulación
donde participan firmas importadoras que pagan de más a exportadoras que
funcionan en realidad como revendedoras de un bien originalmente importado
desde otro lugar. Ese intermediario se queda con el precio superior del bien
pagado por el importador local a un valor superior y con el dólar mayorista. El
foco de la AFIP está puesto en transacciones que involucren jurisdicciones que
no cooperen con datos o asentados en lugares con nula o
baja tributación. Por esto, el organismo recaudador apunta a una
nueva reglamentación que ponga restricciones e incorpore nuevos sujetos
obligados. El contexto Covid-19 abre la puerta para que importadores
–de insumos médicos por ejemplo- sean los que traccionen una acción cautelar
como la que apareció en el radar de las autoridades, y que pueden tener
decisiones de los tribunales como protagonistas.
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