Por Carlos Burgueño - Miguel Pesce logró un doble récord. Marzo representó el mes de menores ventas de dólar ahorro al público y el de mayor nivel de compras de dólares por parte del Banco Central (BCRA). En conclusión, y desde que Alberto Fernández llegó a la Presidencia, fue el mejor mes en cuanto a la política cambiaria. Y, lo mejor, podría quedar atrás en la comparación con abril y mayo. Pero luego la situación podría comenzar a cambiar, al ritmo de las liquidaciones de dólares sojeros; con una marcada disminución en los volúmenes de oferta de divisas. Serán ya tiempos del segundo semestre del año, donde las tipologías de la pelea cambiarán. Mientras tanto, son tiempos de satisfacción entre Pesce y Guzmán; quienes se felicitan mutuamente por el cambio de clima que se generó luego de las restricciones aplicadas desde el 15 de septiembre del año pasado; y que generó polémica tanto en los mercados como dentro del gobierno. Aunque Guzmán no estuvo al comienzo de acuerdo con las limitaciones para el acceso a dólar, desde noviembre se convenció que era la mejor manera de sostener la pax cambiaria. El ministro “compró” finalmente la idea que la estrategia era defender las reservas y limitar al máximo el dolar ahorro. En marzo se dio el menor número de salida de divisas por esta vía, con aproximadamente u$s60 millones en operaciones de compras de 200 dólares. En paralelo, en tarjetas de crédito y turismo, la cifra llegó a los u$s120 millones. En todo el primer trimestre del año, el nivel de operaciones de dólar ahorro fue de u$s290 millones, mientras que en tarjetas de crédito y turismo alcanzó los u$s300 millones. Por su parte, las compras de divisas del BCRA alcanzaron unos u$s1.500 millones; mientras que en el año el volumen trepa a los u$s2.300 millones. La progresión desde septiembre del año pasado a marzo de este año es notable. En el mes donde comenzaron las restricciones para el acceso a la divisas y el encarecimiento de los precios de adquisición del oficial, la entidad registró un saldo negativo de u$s1.600 millones. Octubre y noviembre continuaron con el ritmo de ventas, arrojando saldos en rojo de u$s1.060 y 327 millones respectivamente. En diciembre la tendencia cambió, y por primera vez el BCRA mostró un saldo positivo de u$s607 millones. Desde ese momento hacia marzo todo fue para mejor. En enero se registraron compras por u$s157 millones y en febrero por u$s630 millones. Este último número fue más que esperanzador para el BCRA, ya que tradicionalmente febrero es un mes irregular, donde se registran más salidas que entradas de divisas. En marzo se inauguró la mejor época de año en cuanto a las liquidaciones de dólares por parte de los sojeros; y que son tiempos para aprovechar. El análisis oficial sobre la conducta de los exportadores es simple. Se entiende que la política del BCRA y del ministerio de Economía de mostrar un mensaje amistoso pero firme y convincente hacia los exportadores está dando resultado. El objetivo es demostrarle al mercado, especialmente a los exportadores sojeros que deberían liquidar el grueso de sus exportaciones hasta fin de mayo, que no deben esperar alteraciones importantes en el valor del dólar; y que el oficialismo mantiene controlada la variable cambiaria. Y que los datos obtenidos en marzo pasado así lo ratifican. Esto cruzado con que el valor de la soja hoy es el mejor en una década y que la posibilidad de un incremento en la cotización del commodity en el segundo semestre es una quimera, debería ser una fórmula lo suficientemente convincente para que los exportadores y productores evalúen seriamente en liquidar y preparar rápidamente el siguiente ejercicio productivo. |