Por Delfina
Torres Cabreros - A esta altura nadie puede decir lo contrario:
entre las grandes víctimas de la pandemia del coronavirus se cuenta la sector
del turismo. El cierre de fronteras obligó a la cancelación masiva de vuelos y
servicios alrededor del mundo, y tanto agencias como aerolíneas
están pasando por la que algunos señalan como la peor crisis de su historia.
En este marco,
referentes del sector en la Argentina solicitaron al Gobierno que, entre otras
medidas de alivio económico, considere eliminar el el
recargo del 30% que pesa, en concepto de impuesto
PAIS, sobre la compra de pasajes internacionales o servicios en
el exterior.
La discusión se
inició formalmente el viernes pasado cuando el presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), Aldo Elias, y otros
referentes del sector se reunieron con el ministro del área, Matías Lammens. En la reunión le solicitaron que, así
como se declaró la emergencia sanitaria, se declare también la emergencia turística.
El pedido -que ya
había hecho mediante un proyecto de ley el senador y exgobernador de Misiones,
Maurice Closs- fue acompañado de una batería de medidas destinadas a morigerar
el impacto económico en las empresas de la caída de las operaciones.
La primera de ellas
fue "la suspensión de la aplicación del impuesto PAIS a la venta
de servicios turísticos hacia el exterior (terrestres, aéreos, marítimos y
alojamiento) por el periodo que dure la emergencia, a fin de facilitar la
reprogramación de los servicios turísticos". Esta tarde las
partes volvieron a reunirse y el ministro Lammens aseguró intentarán
"acelerar" algunas definiciones.
En el sector
consideran que la suspensión del impuesto PAIS podría incentivar la actividad de las agencias de turismo, que
hoy describen como "muerta", al promover compras para el mediano o
largo plazo. Más considerando que de las 5700 registradas en el país, 4000 se
dedican al turismo emisivo.
Pero
fundamentalmente argumentan que la medida sería útil para alivianar la
situación por la que están pasando miles de turistas argentinos repentinamente
afectados por el cierre de fronteras. "El turista no es responsable de las
cancelaciones que se producen por razones de fuerza mayor y es injusto que se le aplique el 30% cuando genera cambios en sus
reservas o nuevas compras para intentar resolverlo" ,
apuntaron.
En efecto, las
personas que compraron sus pasajes antes del 23 de diciembre -es
decir, antes de que entre en vigencia el impuesto PAÍS-, pero tienen que
reprogramar el viaje ahora deben pagar el impuesto sobre la diferencia de
tarifa o el nuevo pasaje, porque en esa gestión se genera una nueva factura.
Si bien en el
sector de las aerolíneas no hubo hasta el momento una acción coordinada con
este reclamo, sí manifiestaron de forma dispersa la misma necesidad.
"Mientras el Gobierno insiste con pedir que las compañía que perdieron hasta cuatro veces su capitalización de mercado hagan un
sacrificio adicional, nadie habla del impuesto PAIS y de cómo se
aplica ese 30% a los cambios de pasajes forzados por esta situación",
opinaron.
Según aseguran en
el rubro, las aerolíneas no están en condiciones de financiara a los pasajeros
y menos de devolver el importe de todos los pasajes cancelados o suspender
temporalmente todas las penalidades, que es "el costo transaccional por el
cambio de ticket".
Si, así como
ocurrió en el sector hotelero con la resolución 131/2020, el
Gobierno obligara a las aerolíneas a "devolver a los turistas o usuarios
toda suma de dinero que hubieran percibido en concepto de reservas",
dicen, no podrían afrontarlo.
|