Por Esteban
Lafuente - Fitch y S&P dieron su
primer veredicto y bajaron el grado de la deuda
argentina. Luego de que el viernes pasado venciera el plazo de
gracia y el Gobierno no realizara el desembolso de US$503 millones correspondiente a los bonos Globales
2021, 2026 y 2046, las calificadoras determinaron oficialmente
que el país está en situación de default.
La firma
Fitch determinó hoy que la deuda argentina cayó a la calificación de 'default restringido' (restricted
default o RD), debido a que el país no cumplió con los vencimientos
de intereses que debía concretar el viernes 22 de mayo. Antes de esa fecha, tenía la
calificación 'CCC', una de las más bajas en la escala de la
calificadora.
Al
fundamentar su decisión, la calificadora determinó que no haber realizado el
pago de intereses luego de los 30 días de gracia (el vencimiento inicial fue el
22 de abril) constituye un
"evento de default bajo los criterios de Fitch" para sus
instrumentos en moneda extranjera.
De esta
forma, esta porción de la deuda argentina recibe la misma calificación que ya
tenían sus instrumentos emitidos en moneda local. Para Fitch, este segmento ya
tenía el grado de 'default restringido' (RD), a partir de la estrategia del
Gobierno de canjear voluntariamente esos bonos por otros de diferente duración
y condiciones.
En tanto,
S&P tomó una decisión similar, y degradó
de 'CC' a 'D' (default) la calificación para los tres bonos (Globales 2021,
2026 y 2026) cuyos vencimiento no se cumplió.
A su vez,
Bque tuvo un vencimiento de US$1600 millones entre intereses y capital el 7 de
mayo y cuyo desembolso no fue ejecutado a partir del reperfilamiento de títulos
en moneda extranjera bajo legislación local hasta 2021 dispuesto por el
Gobierno.
"Ese
bono quedó comprendido bajo el decreto 346, del 6 de abril, que postergó todos
los pagos de deuda en dólares al menos hasta 2021 o cuando resulte factible
para el Gobierno", sostuvo S&P en un comunicado. Desde el 7 de abril,
cuando se publicó ese decreto, la
calificadora asignó el grado 'SD' (default selectivo) a la deuda
argentina. "Es una decisión unilateral y equivalente a un
default según nuestros criterios", enfatizó la firma.
Los US$503
millones que la Argentina no pagó el viernes pasado corresponden a tres bonos
(Global 2021, 2026 y 2026) que habían sido emitidos en 2016 para cancelar deuda
en default desde 2014. El entonces ministro de Hacienda y Finanazas, Alfonso
Prat-Gay, dispuso la colocación de esos tres bonos (y un cuarto, el Global
2019, que ya venció) por hasta US$16.500
millones. Las
condiciones iniciales establecieron el pago de intereses semestralmente, los 22
de abril y 22 de octubre de cada año.
El Gobierno
decidió no realizar el pago y continuar las negociaciones aún en situación de
default. El viernes pasado, el Ministerio de Economía oficializó que extendió hasta el 2 de junio el plazo
para renegociar la deuda en moneda extranjera, por un total de
US$66.300 millones. El ministro Martín
Guzmán mantiene conversaciones con los acreedores para intentar
acercar posiciones.
En ese
contexto, las calificadoras plantearon que la Argentina continuará en situación de
default. S&P mantendrá el grado 'D' para los bonos globales
"hasta la conclusión de las renegociaciones que se están desarrollando
actualmente".
En tanto,
Fitch planteó que "aún hay incertidumbre respecto de las posibilidades de
alcanzar un acuerdo con los bonistas suficientemente alto para alcanzar los
parámetros establecidos en las cláusulas de acción colectiva" de los bonos
a reestructurar. Para la firma, recién cuando se logre un canje con los niveles
de adhesión requeridos, la Argentina podrá "normalizar las relaciones con
la comunidad financiera internacional", en un escenario que permitirá
revisar la calificación de 'default restringido' hacia otro grado consistente
con sus fundamentos.
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