Por Jaime Rosemberg - En
medio de las prolongadas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), que la Argentina acelera por estos días para evitar el default, y con la
evidente escasez de dólares que ya afecta a la economía doméstica, el gobierno
de Alberto Fernández explora la posibilidad de un millonario desembolso de un
fondo ruso-saudí que le permitiría obtener “aire” antes del acuerdo con el
organismo internacional de crédito.
Mientras economistas como
Martín Redrado, cercano al oficialismo, creen que esta búsqueda de
financiamiento “debería haber empezado antes” de quedar prácticamente sin
respaldo, desde la oposición de Juntos por el Cambio aseguran que la
desconfianza en la actual administración determinará que las gestiones no
prosperen.
En las últimas horas, y
con la visita al país del canciller de Arabia Saudita, Faisal al Saud,
comenzaron las primeras reuniones destinadas a avanzar en un acuerdo. En
conversaciones con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el
canciller, Santiago Cafiero, Al Saud habría planteado el ofrecimiento del
aporte de los fondos soberanos de Rusia y Arabia Saudita a las arcas del Banco
Central por unos US$6500 millones en dos tramos en un período de tres años, a
cambio de bonos y tenencias no líquidas del Banco Central, según contaron altas
fuentes del Gobierno a la nacion.
Técnicamente no se
trataría de un swap de monedas como el concretado con China en 2009 (con
Redrado al frente de esa entidad) y renovado por última vez el año pasado.
Entre sus ventajas contemplaría la posibilidad de subir el monto de dólares
disponibles en la medida en que baje el riesgo país, hoy a niveles altísimos,
imaginaron con entusiasmo en el Gobierno. La semana que viene, una delegación
del fondo ruso-saudí estaría en Buenos Aires para comenzar formalmente la
negociación, afirmaron fuentes oficiales.
“Estoy seguro de que si
recibimos una solicitud, evaluaríamos las opciones. Argentina es nuestro amigo
y aliado”, dijo Faisal al Saud anteayer en una entrevista con Infobae.
Más allá de los buenos
deseos, desde los despachos con conocimiento de los intercambios recomendaron
prudencia y no generar falsas expectativas. “Tenemos que ponernos de acuerdo
con la tasa de interés”, respondieron desde el Gobierno, aunque reiteraron que
el inicio de la negociación, pedida por el Presidente, cuenta también con el
aval de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Otros funcionarios son menos
optimistas. “Está todo muy tirado de los pelos”, comentaron desde un ministerio
al tanto de las negociaciones.
Mientras otros
funcionarios exploran el camino aún incierto de acuerdos con fondos soberanos,
el ministro de Economía, Martín Guzmán, apuesta a la concreción del “fondo de
resiliencia”, una idea repetida también por el presidente Alberto Fernández,
por el cual los derechos especiales de giro (DEG) del FMI que reciban países
que no los utilizan lleguen a naciones más necesitadas, como la Argentina. Con
ese objetivo, Guzmán sostuvo reuniones en los últimos días con sus pares de
España, Italia y Arabia Saudita, entre otros.
La necesidad de conseguir
un respiro y fondos frescos mientras se acercan los vencimientos de la deuda
con el FMI (el 22 de diciembre habría que pagar US$1880 millones) generó
ansiedad e influyó en el ánimo de los funcionarios. Algunos de ellos hasta
confundieron Arabia Saudita con los Emiratos Árabes Unidos, que sí comenzó
negociaciones, pero con Turquía, para la obtención de un acuerdo tipo swap que
beneficie al gobierno de Recep Erdoğan, hoy con graves problemas financieros.
Desde la embajada de Emiratos Árabes Unidos recordaron a la nacion que el
canciller de ese país estuvo por última vez en la Argentina en 2019 y que no
hay negociaciones en marcha con el Gobierno.
Las negociaciones con
Arabia Saudita, donde la Argentina tiene designado al extitular de YPF
Guillermo Nielsen, se concretan días después del viaje del expresidente
Mauricio Macri a ese mismo país, invitado por la monarquía saudí. Cerca del
expresidente afirmaron a la nacion que “ellos están muy interesados en una asociación
estratégica a largo plazo” con la Argentina, pero que “no tienen una buena
opinión” del gobierno kirchnerista, por lo que no le veían factibilidad a un
acuerdo a corto plazo.
En la misma línea crítica,
el extitular del Banco Central Martín Redrado afirmó ayer en Radio Mitre que
veía a un equipo económico actuando “detrás de los acontecimientos, y hasta con
nerviosismo”. Detalló que, según sus cálculos, solo hay poco más de US$3000
millones en reservas líquidas disponibles y pidió un programa económico de
“estabilización y crecimiento”. Redrado señaló, además, que “hubiera trabajado
antes” en “acuerdos con bancos centrales del mundo o fondos de inversión, o
préstamos de corto plazo, contra títulos del Banco Central”, similar al que se
está comenzando a explorar.ß
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